¿Sabes que al finalizar la semana la balanza emocional de tu vida está dando pérdida por un error que cometes todos los días?
Al finalizar su jornada nuestro amigo Juan se encontraba maldiciendo por el día de mier* que tuvo. Te suena familiar? Seguramente tú también terminas muy estresado, con dolores musculares y hasta peleando con tu pareja al llegar a casa por cosas que más tarde te das cuenta de que fueron absurdas, tontas, de poca relevancia y terminas arrepentido de cómo reaccionaste ante lo sucedido. Tus emociones te han jugado una mala pasada.
Ellas tienen un rol muy importante en nuestra vida, la reacción ante las experiencias que vivimos están unidas intrínsecamente. Somos seres emocionales que estamos en una constante – y continua – sumatoria de experiencias y cada una de estas llenan un marcador emocional. Si tienen un valor negativo, no gestionarlo adecuadamente – o controlarlas – podemos empezar ir a pérdida, como le pasa a Juan, generando cambios significativos en su vida personal, laboral y familiar.
Este desgaste emocional si no empiezas a corregir tendrá consecuencias significativas en tu vida. Y seguramente no quieres perder tu trabajo, tu familia, tus amigos. No quieres perder el control de tu vida.
Juan tenía un trabajo prometedor. Una hermosa familia y grandes amigos. Una proyección personal a futuro que lo ubicaría entre los mejores. Era amable, cariñoso, bondadoso, justo, noble, alegre, inteligente. Pero todo esto empezó a cambiar cuando tuvo un día de mier*, luego otro días y otro día. Más tarde ya no eran solo días, se hizo una semana de mier* y otra y otra. Comenzó a ser más grosero con las personas queridas, más malhumorado ante cualquier situación. Luego pasó a ser desprolijo e irritable. Para cuando se quiso dar cuenta vivía enojado y fastidiado por todo, hasta de las cosas que lo apasionaban.
Todos sus amigos empezaron a alejarse, su trabajo empezó a peligrar y ya no veía a ese hombre con un futuro prometedor. Su carrera y vida se iban a pique, pero él no se daba cuenta que le sucedía. Su espacio de ceguera no lo deja ver claramente.
Pero todo esto empezó a cambiar gracias a un curso de Finanzas Personales. Conoció el concepto de “Gastos Hormigas”. Esta información trajo una revelación en su vida, no se daba cuenta que en su día a día tenía estos “Gastos de Hormiga” pero emocional. Cuando conducía el auto y maldecía porque el semáforo se puso en rojo y llegaba tarde al trabajo; o cuando se enojaba porque se termino el café en la oficina y nadie repuso; o cuando su amigo nunca le escribió y se sintió que no lo apreciaba; o irritarse con su esposa porque al llegar a su casa se olvido de la cena con la familia. No estaba escuchando a sus emociones.
Todos los días era un gran desgaste que tenía. En ocasiones podía empezar la mañana con mucha energía, feliz, alegre pero mientras transcurría el día se transformaba en otra personas con la que nadie quería estar.
Estos gastos emocionales pequeños que vamos haciendo imperceptible en ocasiones son los que al finalizar el día, la semana o el mes tiene un costo muy alto en nuestras vidas. Darnos cuenta de ellos, escuchar, prestar suma atención a mis emociones con lo que me está pasando en el momento que me esta pasando, permitirá tener una mejor gestión y control de las emociones. Lograremos que nuestra vida no se vaya al carajo.
Los seres humanos no somos conscientes que durante el día andamos gastando emociones que son imperceptibles, las consideramos “circunstancias esporádicas o extraordinarias”, pero que al acumularlas es como tener un vaso casi lleno que al verter más líquido (emociones) se termina desbordando inundando todo lo que hay alrededor.
Gracias a este conocimiento puede acuñar el concepto de “Gasto de Hormiga Emocional”.
El secreto se encuentra en empezar a verificar en donde se van las emociones durante el día a día. Si es en una discusión de tránsito, en el trabajo, con la familia o amigos, con lo que me digo y pienso de mi etc. Puede ser que al principio te des cuenta más tarde del desgaste emocional que tuviste, ya sea al finalizar tu día o luego de la reacción. Una vez que vayas trabajando en reconocerlas, vas haciendo consciente en donde vas a depositar las emociones y, principalmente, tu energía de forma estratégica. Es en la repetición donde encontrarás la posibilidad de hacer consciente en el mismísimo momento que está ocurriendo esa emoción, pudiendo gestionarla y controlarla, para que tu vida siga el camino hacia la autocorrección, autoevaluación y autorealización.
Vamos por la vida gastando emociones como cualquier duende con su olla de monedas de oro. Es imperativo que empieces a brindarte una mejor calidad de vida. Es importante empezar a trabajar en estas pequeñas actitudes para que al finalizar el día tus emociones y energía se encuentren de forma óptimas y renovadas.
No derroches emociones en cuestiones innecesarias, cuida tu vida interior. Eres un ser extraordinario.