Tener “bajo control” las cosas no significa que así lo sean. En ocasiones, podemos tener la “sensación de control” pero que en realidad no es así. Todo en nuestra vida está sujeto a nuestro “Marco de Referencia” que se construye con la recopilación de los antecedentes de un tema, pero que también está sujeto – a mí entender – a la percepción de cada una de las personas.
El problema se presenta cuando el “marco de referencia” que le asignamos – los limites admisibles que indican que el sistema está “bajo control” -pueden ser erróneos. Cuando nuestra percepción se encuentra dentro del marco de referencia del sistema, no sucede nada. Pero cuando la percepción está por encima o por debajo de lo que consideramos aceptable actuamos para someterla a su control.
En ocasiones nos vemos superados por la experiencia perdiendo el control de la situación comportándonos de maneras inesperadas. Seguramente te ha pasado en tu trabajo alguna situación que te haya superado; o con tu familia y amigos. Un ejemplo muy práctico, piensa en un día en tu trabajo. Tu jefe te grita de forma eufórica y despiadada por no haber realizado como él quería el trabajo. Luego de un rato tus emociones empiezan a salir, cada minuto que pasa empiezas a sentir más bronca y enojo por lo que sucedió. En eso pasa tu compañero, y amigo, para pedirte una información que deben presentar. Tus emociones te traicionan, no puedes controlarlas y le respondes con todo el enojo acumulado, toda la bronca que hay dentro de ti, agarrándote con tu compañero por esa experiencia que tuviste con tu jefe. Otro ejemplo más práctico, piensa en los receptores de dolor que tiene la piel. La mayor parte de las veces no sientes nada, esto significa que esta todo bajo control. Pero si te quemas o te cortas, los receptores de dolor envían una señal de que algo va mal y actuamos para remediar la situación.
Las personas tienen una tendencia a tratar de controlar absolutamente todo lo que lo rodea, pero como dijimos más arriba, en ocasiones, no se puede tener todo bajo control. Este es un comportamiento que puede destruirte y llevarte a la obsesión si no lo utilizas de forma consciente y éticamente. Si quieres cambiar un comportamiento tiene que cambiar el marco de referencia del sistema o bien el “entorno” donde el sistema funciona.
No siempre vas a poder tener todo bajo control, pero siempre vas a tener la posibilidad de poder cambiar y actualizar como percibes la realidad, cuales son los límites y valores aceptables, y relajarte.
Aquí te dejo unos tips:
- Relájate y deja fluir: acepta que hay cosas que no podemos controlar. Permite que las cosas tomen su cauce natural, la vida continua con o sin nosotros.
- Solo puedes controlar lo que tú haces: ese es tu campo de acción. Lo que los demás puedan decir o hacer escapa a tu control. Se realista ha cosas que no podemos controlar como el clima y el tiempo, los imprevistos, las traiciones, los accidentes, el rechazo, la muerte de seres queridos, etc.
- Saber qué cosas sí competen a tu campo de acción y responsabilizarte: somos seres sociales que pertenecemos a grupos y como tal cumplimos una función y un rol determinado.
- Si surge un imprevisto piensa en alternativas: piensa en que hubiese pasado si no lo controlabas, podrás observar que las consecuencias no son tan grabes.
- Elimina los miedos: no confías en los demás, o te cuesta trabajo hacerlo, por eso quieres controlar todo. Tienes miedo a que las cosas no resulten como te gustaría, al fracaso. Deja de interferir en los demás, déjalos libres para que actúen por sus propios medios.
- Prueba hacer cosas nuevas: esto te dará nuevas perspectiva de cómo hacer las cosas.
- Elimina el sentimiento de culpa: crees que sí puedes hacerlo todo y te sientes mal cuando ves a alguien que está haciendo mal las cosas porque tú lo podrías estar haciendo mejor.
- Delega y se flexible: debes aprender a ser más flexible, tolerante y empático. Permite que las personas hagan las cosas a su manera. Confía en la capacidad de resolución de los otros. Vivirás más feliz y relajado.
¿Qué controlas? ¿Qué no controlas?
Hacer una lista con las cosas que contralas y las que no controlas te ayudará poder aprender las diferencias y soltar.
Cosas que controlas:
- Esfuerzo: estudio, hábitos
- Tu lenguaje y tu actitud
- Tus pensamientos
- Tu reacción ante lo que sucede fuera o dentro de ti (pensamientos y emociones)
- Tu reacción ante la pereza, la desmotivación
- Tu atención en lo que estás haciendo.
- Tus decisiones.
- Los alimentos que ingieres
- La hora en que te vas a dormir y te despiertas
- La pareja que eliges
- Tu presente
- Si mientes o dices la verdad
- Tu trabajo
Cosas que no controlas:
- Lo que piensan las personas
- Lo que hagan las personas.
- Lo que sientan las personas.
- El tiempo.
- Las creencias de otras personas
- Ética de otros
- El trafico
- Actitudes de los demás
- Emociones ajenas
- Tu pasado
- Si tus amigos/familia se llevan bien o no
Solo puedes controlar a una persona y es a ti mismo, a tu ser. Sé que te gustaría que las cosas sean de otra manera, pero entiende que lo único que hace es frustrarte. Entender este concepto te hará libre.