¿Necesitas hablar con alguien de lo que sientes?
Si te dices: “No tengo con quién hablar y que me entienda”, “No sé a quién decirle lo que me ocurre y lo que siento”
Si piensas que puedes estar necesitando orientación psicológica estas en el lugar indicado.
Si te cuesta pedir favores o que te ayuden, ya sea a nivel laboral o personal, te dejo unos tips para modificar esta conducta y así con el tiempo vayas incorporando este hábito que te facilitará la tarea en tu día a día:
- Valora si merece la pena pedir ayuda: pide ayuda o un favor cuando realmente la intervención de la otra persona te facilite las cosas, y no lo hagas solo por comodidad o por no afrontar una situación difícil. De lo contrario, quedarás bloqueado por tu zona de confort.
- Escoge a la persona más adecuada para solicitar ayuda: es importante pedir a cada persona lo que puede dar. De lo contrario, podemos encontrarnos con un “no” o con menos apoyo de lo que esperábamos. Puede ser que tu madre es la mejor para prepararte el tupper para llevar al otro día al trabajo, mientras que tu pareja puede ayudarte a resolver un problema laboral si entiende del mismo.
- Busca el momento y la situación adecuada: tus necesidades tienen que exponerse sin interrupciones. Te recomiendo que cuando lo solicites estés en un lugar tranquilo y que la persona no tenga prisa.
- Presta atención a tu lenguaje verbal y no verbal: te recomiendo que utilices un lenguaje positivo como por ejemplo “tengo un problema para el que necesito de tu ayuda”, “me gustaría contar contigo para que me ayudes a…”. Es importante que mientras solicites la ayuda o favor mires a la cara mientras hables, manteniendo un gesto agradable acompañando tu lenguaje verbal con los gestos adecuados.
- Expresa tus necesidades con exactitud: se lo mas claro posible a la hora de pedir ayuda o favor, qué esperas o necesitas que haga y cómo al hacerlo repercutirá positivamente en vos y mejorará tu situación.
- Ofrece algo a cambio siempre que sea posible: no hablamos de dinero pero un simple “te lo agradecería mucho”, me harías sentir aliviado”, o algo similar. Este es un refuerzo social altamente potente que facilite la ayuda por parte de la persona a quien se lo estas solicitando.
- Evalúa como te ha ido: analiza al finalizar si merece la pena pedirle, en futuras ocasiones, nuevamente ayuda a esa persona. Esta evaluación te ayudará a ajustar tus expectativas y necesidades.