Fue en ese momento de mi vida donde descubrí que podía controlar mi voluntad, como un control remoto, para hacer lo que tenía que hacer y no pasarme el día viendo Netflix cuando empecé a lograr todo lo que me proponía y a sentir un bienestar emocional que nunca antes lo había experimentado.
“La voluntad es la capacidad que disponemos las personas de hacer o no algo. Es la fuerza que necesitamos para desarrollar una acción de acuerdo a un resultado esperado.”
Hace 3 años estaba sentado en el sillón con una lista de cosas para hacer. Mate en mano, medias lunas en la mesa, listo para empezar con la primera tarea de la lista. En ese momento recordé que mi mejor amigo me comento de esa serie fabulosa del que todo el mundo hablaba. Prendí la televisión, Netflix y me dije “veo solo un capitulo y luego empiezo con la lista”. Empecé a ver “House of Card”. Miré un capitulo, me atrapo. Vi el segundo, y quería más. Ya para cuando me quise dar cuenta había terminado la primera temporada y nada de mi lista hecha, mañana arranco me dije. Casi 13 hs de serie. Al día siguiente, misma situación. Solo un capitulo me propuse y se fue la segunda temporada de la serie. Mientras la lista seguía pegada en el refrigerador, otras 13 hs perdidas sin hacer nada de lo que verdaderamente tenía que hacer. Al terminar la tercera temporada, algo en mí cambio. Empecé a sentir algo raro en el cuerpo, como una opresión en el pecho. Será angustia, me preguntaba. Una voz dentro de mi decía que tenía que empezar a hacer las cosas de la lista pero por el otro lado, al iniciar mi día, solo quería prender la televisión y ver Netflix.
Definitivamente me angustiaba cada vez más, ver la lista de quehaceres pegada en el refrigerador sin haber hecho nada. Mis días pasaban y no avanzaba con mi proyecto personal. Aunque tenía ganas de avanzar y me imaginaba siendo la persona que quería ser no hacía nada de lo que me acercaría a ese ideal de mí mismo. No solo eso, mis relaciones estaban tan descuidadas que corría un gran riesgo de perderlas. Mi salud y mi casa deterioradas. Mis ingresos en caída libre y mis ahorros disminuyendo paulatinamente. Mientras veía a otras avanzar con sus proyectos, yo no avanzaba. Si no cambiaba algo iba a continuar en caída libre hacia un pozo que luego recuperar lo perdido iba a ser muy difícil.
Pero no todo está perdido…
Fue cuando leí la siguiente frase de la que me llevó a un despertar en mi consciencia y detonara en mí la fuerza que me llevaría a realizar ese cambio en mi vida:
“No esperes resultados diferente si tus hábitos son siempre los mismos”
Albert Einstein
Para dominarlo, desarrolle un estado de voluntad que me ayudó, y me ayuda actualmente, a hacer todo lo que tengo que hacer por más que no tenga ganas.
Te comparto mi secreto, para ello debes:
- Cambiar tus hábitos: este es el primer paso para empezar a desarrollar un estado de voluntad. La mente es perezosa y el humano es un ser de costumbres. Oblígate a cambiar los hábitos que no son saludables de tu día y cámbialos por otros que si lo sean. Si te pasas como yo viendo Netflix empieza disminuyendo las horas de consumo. En mi caso empecé a premiarme con un capitulo por cada una de las cosas de la lista que iba terminando. Con el tiempo fui mejorando poniendo premios más exigentes, en vez de ver un capitulo por cada vez que terminaba una tarea de la lista empecé a ver un capitulo cada dos tareas que terminaba y así sucesivamente hasta llegar a mi ideal.
- Concentrarte en el presente: lo único que existe es el presente. El pasado ya paso y el futuro se construye con las cosas que hacemos en nuestro presente. Atraer nuestra atención, nuestra mente, al presente es una herramienta muy poderosa que muy pocos la utilizan. Vivimos pensando en el pasado, “por qué no hice esto o aquello”, o en el futuro, “cuando sea rico” o “cuando tenga ese cuerpo todo moldeado”, y nos olvidamos del presente. Una técnica que nos brinda el Mindfulness es la práctica diaria de la respiración consciente. Y consta de hacer consciente la respiración, sentir como el aire ingresa por nuestras fosas nasales, recorre todo nuestro interior, inflando el diafragma para luego recorrer nuevamente el aparato respiratorio expulsando el aire por la boca. Puedes empezar con una respiración profunda inspirando en 5 segundos, reteniendo 7 segundos y exhalando por la boca en 8 segundos. Esto hacerlo 5 veces seguida varias veces al día te ayudará a acallar la mente para concentrarte en el presente y hacer lo que realmente debes hacer.
- Sentir el desafío: para todo lo que debes hacer encuentra el desafío. ¿Por qué debes hacer eso? ¿Qué logras si lo haces? ¿Qué emoción te traerá una vez realizado la tarea?
- Controlar un estado inconsciente: muchas cosas realizamos de forma inconsciente, y es necesario. Dado que nuestra mente necesita ahorrar la mayor cantidad de energía posible para realizar otros procesos o cuando el cuerpo lo requiera, es necesario automatizar procesos y hacerlos inconsciente. Pero existen muchos que nos perjudican, y debes empezar a controlarlos, que en definitiva es hacer consciente esos estados inconscientes identificándolos para transformarlos en algo positivo. Un ejemplo, pensar en “cómo me fui a equivocar en esto” o “soy un tonto por hacer mal aquello”. Esto lo hacemos de forma inconsciente, de forma automática, y trae una gran repercusión a nuestras creencias. Y estas hacen que la voluntad para hacerlo de nuevo o hacer algo nuevo disminuya. Llegamos a creer que no somos lo suficientemente buenos. Has consciente lo inconsciente.
- No pensar: es imposible no pensar. Pero dirigir los pensamientos hacia un foco que nos potencie y nos ayude a hacer lo que tenemos que hacer es posible. Podemos pensar en no hacer lo que hay que hacer, pero podemos pensar en el beneficio o la satisfacción de hacer lo que hay que hacer.
- Entrenarlo: la práctica hace al maestro. Todos los días debes entrenar tu voluntad y ganar pequeñas batallas. Al principio puede ser doloroso privarnos de ver más Netflix – como fue en mi caso. Pero luego, ese dolor se transformó en placer en poder ver como avancé con las cosas que debía hacer de mi lista. Fui del dolor al placer y hoy no necesito ni motivación ni fuerza para encontrar voluntad para hacer lo que tengo que hacer.
Los beneficios de direccionar tu voluntad hacia tu propósito son:
- Esfuerzo 0: te dará la posibilidad de que el esfuerzo que tenga que hacer sea cada vez mucho menos para aquellas tareas tediosas.
- Más coraje: tu coraje aumentará dado que te animarás a nuevos desafíos, nuevos retos.
- Mayor determinación: serás más consciente de las decisiones que tomes y harás lo que verdaderamente tengas que hacer.
Gestionar la voluntad para llevar a cabo lo que tenemos que hacer – y no otra cosa – nos permitirá tener la conducta para que nuestros sueños se vayan convirtiendo en realidad. Esa es la clave para conseguir todo lo que nos propongamos y para alcanzarlo debes seguir los pasos mencionados más arriba.
¿Qué tareas te propusiste y por falta de voluntad no lo has realizado?